Somos ancestros con deberes

Somos ancestros con deberes

Andrew Roberts
Rector GI School

Si uno pregunta a cualquier persona qué valora más en la vida, no sorprendería si la respuesta tiene algo que ver con su familia. El deseo de proteger a nuestros amados es primordial, fundamental y poderoso. En nuestro viaje por la vida, el momento de convertirnos en padres o abuelos, es mágico y trascendental. Se piensa que se haría todo para nuestras familias, pero te invito a tomar un paso atrás a considerar que tan cierto es esta convicción.
El filósofo Australiano Roman Krznaric argumenta que las generaciones de hoy están colonizando a las generaciones futuras. Para explicar, pensemos en todos los problemas que estamos tirando al futuro, todo el desgaste que estamos dando a nuestra tierra: El consumo irreversible de energía no renovable, el cambio climático, la contaminación que llena el planeta y el espacio de basura, la desaparición de glaciares acá en Colombia que pone en riesgo fuentes hídricas para grandes poblaciones, el insecticida, dejando la agricultura masiva sin polinizadores, la lista no tiene fin. Nuestros ancestros llegaron de Europa a las Américas, desalojando las poblaciones indigenas de sus tierras y sueños aumentado con las injusticias de esclavitud. Según Krznaric, estamos tratando las generaciones no nacidas con el mismo desdén.

En esta colonización temporal, los oprimidos son nuestros nietos, bisnietos, nuestros descendientes. ¿Quién defiende sus derechos, quién les da una voz? Las futuras generaciones no tienen un Mahatma Ghandi, un Martin Luther King Jr o un Carlos Chávez luchando por su equidad y derecho a la vida sana. Imagina cómo sería de diferente la política si hubiera representación no solamente geográfica, sino también del futuro. Hay grupos indígenas en América del Norte que tienen la tradición de mantener una silla vacía en sus parlamentos que representa la séptima generación. Es una forma de pensar y tomar decisiones que no solamente genera sostenibilidad, sino una ruptura de ciclos de pensamiento en corto plazo, la gratificación instante y la inmediatez del mundo contemporáneo.
Debemos preguntar porqué es tan difícil tener un pensamiento futurista. La respuesta está en la configuración neurológica de nuestros cerebros. Tenemos dos formas de estructurar la proyección futura. Uno es el pensamiento ejecutivo que usamos para planificar, anticipar y monitorear. Así, conectar el presente con el futuro cercano para organizar la vida cotidiana. La otra forma se llama pensamiento episódico y es cuando entramos a imaginar episodios potenciales futuros. Momentos fantasiosos como que será mi vida, si gano el Baloto, logro un trabajo diferente o tener otro hijo? Curiosamente, cuando sicólogos y neurólogos monitorean la actividad del cerebro durante este tipo de pensamiento, la zona activada no es donde pensamos en nosotros mismos, sino en donde nos relacionamos con terceros. En otras palabras, cognitivamente, el futuro yo es literalmente otra persona, un desconocido. Vivimos en el presente y pasado, explicando por qué somos capaces de dejar el futuro como un desierto.

Si no es natural plasmar a nuestros nietos en su futuro, tenemos que ser más conscientes y deliberados sobre las acciones y decisiones de hoy. En Colombia hemos empezado algo interesante, dando personería jurídica a elementos de la naturaleza, pero sigue faltando mucho. Es hora de generar empatía y un sentido de responsabilidad hacia generaciones aún futuras, y empezar a construir un legado de orgullo en vez de horror. 

Krznaric, R. (2020). The good ancestor: How to think long term in a short-term world. Random House.

Szpunar, K. K., Watson, J. M., & McDermott, K. B. (2007). Neural substrates of envisioning the future. Proceedings of the National Academy of Sciences, 104(2), 642-647.

CERTIFICACIONES
Y AFILIACIONES

Copyright 2022 | Todos los derechos reservados | Fundación Gimnasio Inglés de Armenia | Prohibida la reproducción total o parcial de la información que contiene este portal
crossmenu