Los sentidos nos hacen especiales dentro de los seres vivos, pero, como humanos tendemos a elegir los alimentos (la mayoría de las veces) con los ojos, seleccionamos tamaños de alimentos grandes comparado con: 1) la capacidad gástrica (y todo lo que ello incluye a nivel neurológico) y 2) las necesidades nutricionales. 

El plato saludable de la familia Colombiana es la distribución necesaria en cantidad y calidad que requerimos para mantenernos saludables, sin embargo, por varias razones escogemos otras cantidades y otros alimentos; la principal es que “comemos con los ojos” antes de escoger los alimentos y las cantidades con la razón.

El hecho de hacer ese tipo de selección (con los ojos) implica ingerir alimentos no por una necesidad orgánica sino por satisfacción, por placer (neurotransmisores); lo cual podría generar problemas metabólicos y otras afectaciones y se ve afectado principalmente por el entorno obesogénico (alimentos con exceso de carbohidratos simples y refinados)

Es por ello que desde bebés se debe educar para realizar una ingesta consciente y responsable, donde se satisfagan las necesidades calóricas y nutricionales dando una respuesta adecuada a nivel del hipotálamo (neuropéptido Y = sensación de llenura).

Además el exceso de los alimentos también genera una gran cantidad de sobras (residuos orgánicos) los cuales afectan el medio ambiente… Otra razón más para realizar una selección consciente y responsable. Por esto mismo desde pequeños, desde preescolar, en el colegio buscamos educar a nuestros niños en esta gran tarea.